El Tiempo
Hitler contó con un terrible enemigo en su campaña bélica contra Rusia: “El Invierno”. En esta guerra de Venezuela vs. el CASTRO-COMUNISMO INTERNACIONAL, una de las dos partes contará con un enemigo similar: “El Tiempo”. El problema está en que no sabemos a quién beneficiará al final, si a nosotros – Venezuela – o a ellos, los castro-comunistas.
Así como nosotros le tenemos ganas al “innombrable”, él le tiene ganas a los medios de comunicación social… y lo de él no son ganas meramente viscerales, son, además, ganas tácticas. Simple y llanamente, la revolución bonita no se puede concretar con unos medios transmitiendo – entre otras cosas – sus vagabundearías (la del chavismo) todo el tiempo. Yo siempre les he dicho que cuando nos apaguen el “suiche” de los medios, hasta ahí nos llevará el río… a menos que quememos los últimos cartuchos y nos tiremos a las calles en anarquía total y sin pitos.
Si el Sr. Chávez no ha dado su gran paso hacia la dictadura total y declarada es por una razón tremendamente sencilla: no controla los cuadros medios y bajos de las Fuerzas Armadas venezolanas. Así de simple es la cosa. Pero el tiempo se le está agotando. Por ahí viene ya tremendamente arrecho un general llamado “Hambre”, del cual hablaré prontamente, tal vez mañana, quien “no se para en artículo”. Al final podría ser ese “individuo” quien le ponga el cascabel al gato barinés. A veces en las guerras, la liebre salta por donde menos uno se lo espera.
Pero el enemigo Tiempo podría también estar en contra nuestra pues no sabemos qué tan cerca está el Sr. Chávez de lograr su amarre definitivo dentro del aparato militar. Así que el juego táctico se plantea tremendamente interesante. Claro que en el caso del régimen y su gente, ellos están trabajando día y noche para derrotar a tan peligroso enemigo y nosotros, bueee… ahí, dándole. Eso sí, no estamos dando ni un paso atrás.
El Hatillo 16 de marzo de 2003